Psicología de Adultos

Como cualquier otra época de la vida, la edad adulta está también llena de conflictos y problemas, a veces más intensos y angustiosos que nunca. Por ello, un adulto acude a consulta cuando ve que todos los intentos que él mismo ha hecho por mejorar, han fracasado.

Y es que ser adulto no es fácil, ya que somos responsables de lo que hacemos y decimos e incluso a veces somos responsables de otras personas que dependen de nosotros (hijos, padres que se hacen mayores…), y por esa razón cada vez es más difícil tener tiempo para uno mismo y esto, a veces, pasa factura y se manifiesta de diferentes maneras: estrés, ansiedad, tristeza, malestar emocional…

Por lo tanto, la terapia psicológica en adultos tiene como finalidad ayudar a la persona a superar su problema, proporcionándole las estrategias y herramientas necesarias para que por sí misma pueda hallar la solución y finalmente enfrentarse a la vida de manera positiva y productiva.

Y es que a veces, en la vida, hay que hacer un parón, dedicarse algo de tiempo y buscar el propio bienestar emocional. Solo si tú estás bien, podrás hacer feliz a los demás.

Los tipos de problemáticas que con más frecuencia abordo en la consulta son los siguientes:

La autoestima es la valoración positiva o negativa que una persona hace de sí misma en función de los pensamientos, sentimientos y experiencias acerca de sí mismo.

Podemos encontrar estos síntomas de la baja Autoestima:

  • Falta de motivación.
  • Miedo y Ansiedad.
  • Actitud negativa.
  • Descuido de la apariencia física.
  • Relaciones tóxicas y dependientes.
  • Abuso de sustancias.

El término “Trastornos Alimentarios” se refiere en general a trastornos psicológicos que comportan anomalías graves en el comportamiento de la ingesta, es decir, la base y el fundamento de estos trastornos se encuentra en una alteración psicológica. Se entiende, pues, que el síntoma externo podría ser una alteración de la conducta alimenticia (dietas prolongadas, pérdida de peso…) pero el origen de estos trastornos se tendría que explicar a partir de una alteración psicológica (elevado nivel de insatisfacción personal, miedo a madurar, elevados índices de autoexigencia, ideas distorsionadas sobre el peso o la comida…

Podemos encontrarnos los siguientes problemas con este aspecto:

  • Anorexia nerviosa.
  • Bulimia nerviosa.

La Depresión es un trastorno del estado anímico que repercute en la vida diaria de la persona que la padece. Se caracteriza por la disminución del interés o placer por casi todas las actividades, una presencia constante de tristeza o decaimiento anímico, falta de autoestima y dificultad para llevar el ritmo diario. Todos estos sentimientos se encuentran presentes durante la mayor parte del día y en un tiempo prolongado.

Síntomas de la Depresión:

  • Tienes menos ganas de hablar con la familia y/o amigos.
  • Sientes una disminución de tu apetito.
  • Tienes problemas para conciliar el sueño.
  • Tienes sentimientos de tristeza constantes.
  • Insatisfacción vital.
  • Pensamientos negativos.
  • Disfrutas menos con las actividades de ocio y personales.
  • Tienes ideas de suicidio.

La ansiedad y el miedo son respuestas del organismo ante lo que percibe como una amenaza para su integridad, ya sea física o mental.

La ansiedad es una respuesta anticipatoria ante una amenaza futura. Sin embargo, tanto el miedo como la ansiedad activan una respuesta de lucha o huida, nos preparan para la acción y, en ciertos momentos, incluso resultan necesarios.

Además, los síntomas de la ansiedad pueden agravarse y derivar en distintos trastornos. La mayoría de ellos se agrupan en torno a un miedo, temor o ansiedad excesivos:

  • Trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
  • Agorafobia.
  • Ansiedad generalizada.
  • Trastorno de pánico (ataques de ansiedad o crisis de angustia).
  • Estrés.
  • Hipocondría (miedo a padecer una enfermedad).
  • Trastorno dismórfico corporal (preocupación excesiva por los defectos físicos).
  • Bloqueo mental.

El duelo es la reacción emocional, física y espiritual en respuesta a la muerte o una pérdida. En el caso del duelo provocado por la pérdida de nuestros seres queridos, la intensidad del mismo puede depender de múltiples factores, entre ellos, por ejemplo, de si la pérdida fue inesperada y repentina, o de la relación que teníamos con la persona que falleció.

El sentimiento del duelo es personal para cada uno de nosotros. Por este motivo, también el tránsito por su proceso es distinto en cada persona.

En un principio, y es una reacción habitual, puede parecernos imposible la recuperación personal después de perder a un ser querido. Pero este estado de aflicción nos irá mejorando gradualmente con el tiempo, si somos capaces de transitar por el proceso de duelo. Saber y conocer algunas de las cosas que podemos esperar durante el proceso de duelo puede ayudarnos a superar el dolor.

La adicción es una dependencia de una sustancia, actividad o relación, que arrastra a la persona a comportamientos autodestructivos, aunque sea consciente de los daños que estos provocan. El adicto abandona poco a poco sus intereses y actividades cotidianas para sumergirse de forma compulsiva en el consumo o en la actividad que le causa placer. Como resultado, se produce un grave deterioro en su salud y/o en su vida social y laboral.

Podemos encontrar dos tipos:

  • Adicción a sustancias o químicos.
  • Adicciones Conductuales.

Son muchas las personas (individualmente o en pareja) que acuden a consulta manifestando una decreciente satisfacción en su vida sexual, lo que conlleva una pérdida de gratificación a nivel de relación de pareja y/o en la propia autoestima de quién lo padece. Algunas de las variables que más influyen en que la sexualidad termine convirtiéndose en una fuente de frustración y malestar son:

  • Eyaculación precoz.
  • Vaginismo o dolor en el coito.
  • Falta de deseo sexual.
  • Disfunción eréctil.
  • Adicción al sexo.
  • Anorgasmia.
  • Miedos o inseguridades relacionadas con el acto sexual.

Las habilidades sociales son un conjunto de conductas que nos permiten desenvolvernos eficazmente en las situaciones sociales, pudiendo establecer relaciones adecuadas con los otros y resolver conflictos.

A continuación, señalamos algunos de los problemas que tienen los pacientes para mejorar sus habilidades sociales:

  • Técnicas de comunicación eficaz en las relaciones (familiares, pareja, amistad y laboral).
  • Desarrollo de la empatía.
  • Aprender a decir NO.
  • Aprender a resolver conflictos.